Camino, Las “putas”
Camino, es una noche de esas en las cuales mover los pies encima del asfalto es jarabe para una enfermedad… quizás la más grande de todas: La vida…
Llega el punto que salgo de mí mismo… floto… como sombra, no siento mis piernas, se que se mueven porque avanzo... Llego a aquella esquina donde comienza el territorio de los deseos, si la zona de las “putas”, es ahí cuando vuelvo a sentir los pies... se puede decir porque debido al efecto de la circulación, la sangre que se concentró para hacerme flotar ahora hace que me sienta mas atado a la tierra que nunca...
Las miro... me sonrojo... cosa que la noche has aun más difícil notar en mi...
Pienso: “¿por que me he obsesionado tanto con ellas...?” “¿Será por sentirme sexualmente frustrado?” Tal vez.. pero me resultan increíbles... ellas que pueden hacer lo que yo no puedo... separar el sexo de los sentimientos... y aún más... no tener sentimientos del todo, o bueno hacer un muy buen papel al entrar en escena... esconder los propios y mostrar los que no son de ellas... y lo que resulta mas genial es que los que a ellas acuden en busca de aquellos sentimientos, salen satisfechos pensando que verdaderamente obtuvieron lo que buscaban...
Me pregunto: “¿Que será hablar con ellas?”... conocer sus historias... escuchar como si estuviese leyendo… lo medito por un segundo mas no me atrevo… pues para ellas el tiempo si es dinero y si me siento en el anden con ellas les espantaría los clientes…
sigo caminando sin cesar en mi búsqueda de la razón de aquella obsesión mía con ellas
Las “putas”…
Termino concluyendo que es porque siempre he andado con la más “puta” de todas… La vida… si, ella: La vida… buscamos en ella el amor que pensamos que nos apartará la mente de tanto sin sentido y como una “puta” ella ágilmente nos da lo que buscamos y sonreímos felices...ella mantiene su aire de misterio mientras nos brinda solo lo que ella decide brindarnos y nada más... me doy cuenta que somos solo el producto de un encuentro de ella y ese señor... los dos se confabularon para traernos a este mundo sin nuestro consentimiento, un accidente planeado para engordar su vanidad y tener propósito de existencia, allí me doy cuenta que ni ellas ni la vida merecen ser llamadas “putas”...
Porque “putas son las que lo dan gratis”
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