sábado, febrero 18, 2006

¿Para qué? (el se pregunta)


¿Para qué? (el se pregunta)

La soledad se aferra a sus huesos
Como el frió de una noche gris de invierno
Que se filtra a su pecho y carcome su alma
Es ahí cuando el se pregunta:

¿Para qué la poesía dulce y sin igual?
si no hay musa que la pudiese inspirar

¿Para qué palabras mágicas?
Si nadie las ha de escuchar

¿Para qué buscar refugio en cielo y las estrellas?
Si parecen estas a su mirada esquivas
Y para él hubiesen dejado de brillar

¿Para qué tanta ilusión? si al final
Dentro de su corazón solo flota el amargo de la tristeza y la traición
Sufrida a manos de quienes él equivocadamente abrió su corazón

¿Para qué tantos momentos sublimes?
Si él solo esta, nadie lo acompaña
Y la razón hace tiempo lo dejo
Y al parecer la locura lo rechaza
Y se niega a ser su refugio, su ilógica explicación

¿Para qué esperar?
Si la espera se alarga con cada día solitario
Y su peso aumenta con cada lagrima derramada
Y trago amargo afligido al corazón

¿Para qué pensar de la espera?
Y que esta apunto de finalizar
Si más cerca parece estar la oscuridad
Que esa luz, ansiada salvación

¿Para qué las mariposas y su dulce dolor?
Si el pecho no resiste otro falso aguijón
Aun si este es leve
Pues la soledad estéril y cansado
Prácticamente lo dejo



¿Y para qué escribir de la espera
Y lo que hace al corazon, al pecho y a la razon?

Para mandar al carajo la locura
Recuperar la razón
Enmendar el corazón
Curar el pecho
Esperar por la musa
Atesorar los momentos sublimes
Refugiarse en el cielo
Crear palabras mágicas y poesía dulce
Que aunque nadie las escuche
Puede que sean sanción
Y brinden al poeta que la escribe inspiración
Aligeren la carga de su espera
Brindando tan ansiada redención.

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